En mi opinión, el retrato perfecto es aquel en el que la persona retratada se reconoce (o nosotros reconocemos a la persona retratada en la fotografía). Aquella imagen que consigue captar lo que una persona es.
Es algo complicado pues conseguir atrapar una personalidad en una simple foto es misión imposible. Y, aunque no se pueda conseguir completamente, hay pequeños detalles que sí son fotografiables y que nos pueden ayudar a definir, fotográficamente, una persona.